martes, 24 de mayo de 2011

los dedos dicen más que una mano

Luego de momentos que quisiera olvidar viene a mi el ansia de liquidar esa parte del cerebro que me enseña a recordar y machacar lo poco de conciencia que tengo con una cuchara como si fuese una papa asada esperando el momento de volar con aquella mujer de la película pero sin que deba pagar aulló cual lobo estepario solitario errado acostumbrado al error que se pronuncia al compás de sus pisadas sin rumbo fijo que transitan por el campo de cemento que al desgaste se torna disuelto por el pasto verde amarillo rojo cual bandera lejana a mi expectativa de viaje largo que ni siquiera empiezo acá cerca de la vecina que no deja de gritar cual viviéramos en grandes dimensiones de terreno pero que solo son dos pasos a la derecha o a la izquierda adelante y atrás no queda nada bueno solo experiencias que si las olvidas quieren decir que no servían y las que lamentas es para que no seas un idiota es aquel que escoge mal osea yo un simple servidor de la extrañeza de la vida que me da el respirar y que aun no entiendo nada a momentos tan simples.